Un Resumen de Scientology para Científicos
por L. Ronald Hubbard
(Continuación)
La Segunda Guerra Mundial y el haber formado parte de ella fueron una larga interrupción. Pero en 1945 había regresado otra vez a la investigación utilizando la biblioteca y las instalaciones del Hospital Naval Oak Knoll.
En menos de un año, usando experimentos endocrinos, basándome en que las glándulas endocrinas son un tablero de control de estímulo-respuesta, encontré que la función parecía controlar a la estructura en los seres vivos.
Como se había considerado que lo opuesto era cierto (y esto no había proporcionado un avance importante), pude por tanto avanzar ahora en una nueva dirección.
Al final encontré que la vida aumentaba de potencial al despojarla de aditivos. Esto significaba que posiblemente estaba en el camino que me llevaría a aislar la vida como una fuerza pura.
Trabajando con energías pequeñas, al final encontré que la energía mental parecía ser una banda entre la vida y la emoción y lo que podría ser una esencia pura de vida.
Al resolver esto encontré que la energía mental estaba hecha de cuadros de imagen mental y que estos se aglomeraban formando masas hasta que ese valioso artículo llamado vida llegaba casi a extinguirse.
Al descargar estos cuadros (mediante un método para borrarlos), encontré que el potencial de la vida incrementaba.
Esto se convirtió en Dianetics (dia: a través, nous: mente).
Como estaba relacionado con las enfermedades psicosomáticas, ofrecí los descubrimientos y documentos a las principales sociedades de la salud, ¡y lo rechazaron! ¡No tenían nada que ver con la investigación básica!
Un colega médico y un editor de obras psiquiátricas me dijeron que solo me quedaba el público, así que escribí un libro y llegó a ser sorprendentemente popular.
Justo antes de esta publicación, la Oficina de Investigación Naval de la Armada de EE. UU. me abordó y me hizo una amenazadora oferta de que debía ir a trabajar para ellos como civil o me llamarían de nuevo al servicio activo. El proyecto era volver más sugestionables a las personas. Conseguí renunciar antes de que pudieran llevar a cabo la amenaza. Aunque no tenía queja alguna respecto al verdadero servicio activo, ya antes de la guerra había prestado servicio en las oficinas de Washington y sabía que era poco lo que yo podía hacer allí. Y no tenía ninguna ambición de hacer más sugestionables a las personas.
Este fue el segundo y último contacto relacionado con alguna ayuda para la investigación.
Antes había solicitado fondos a algunas fundaciones y no había nada disponible para investigación básica. Pocos comprendían en esa época que la investigación básica tuviera algún valor. Solo proyectos específicos para productos específicos reunían los requisitos.
Se formó un grupo para hacer frente a la popularidad del libro Dianetics. Pero no proporcionó ayuda para la investigación más allá de poner a prueba vitaminas.
En ese momento estaba dispuesto a dejar el proyecto. De hecho tenía prevista otra expedición. Pero el impacto del libro trajo consigo uno de esos brutales ataques simultáneos que en ocasiones experimentan los investigadores, y que lanzó mi vida al caos. Hubo un atentado contra mi vida, escapé por poco de un secuestro y fui reprendido con severidad por fechorías que nunca había cometido. Rara vez ha habido un cambio tan radical en la vida de un hombre. El lunes, era un escritor popular y el martes era una horrible bestia. El mismo hombre.
Un científico que publica sus textos para el público o trata de notificar a sus amigos de algún descubrimiento en ocasiones encuentra que la prensa es un mal aliado.
Durante años me lanzaron las acusaciones más extrañas e imaginarias. Los reporteros nunca se acercaban a mí. Solo escribían sobre mí.
No era para nada un entorno adecuado para continuar con la investigación, pero bajo una gran tensión y por la responsabilidad que tenía hacia un público que me apoyaba, continúe.
Quince años después de esa primera publicación al público fui capaz de desarrollar la tecnología completa que aislara a un ser como fuerza de vida pura. Era la persona en sí. Y mucho más fuerte y más capaz.
En los dos años siguientes, a pesar de fuertes tensiones administrativas y de la misma fuerza invisible que seguía golpeándome por las líneas públicas, fui capaz de lograr ese resultado de manera uniforme y estable en las personas con la tecnología que se conoce como procesamiento de Scientology.